Objetos Perdidos
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
La insurrección invisible de un millón de mentes, la efervescencia de los soles que pueblan nuestro universo. Para ver el mundo en un grano de arena y el cielo en una flor silvestre, abarca el infinito en la palma de tu mano y la eternidad en una hora.
6 comentarios:
Precioso poema, no lo conocía... Casualidad, yo hoy (bueno, mañana) he dedicado un post a la última mujer de Cortázar...
Hoy es uno de esos días cortazarianos
Muy lindas palabras, no esperaba menos de ti. Un privilegio volver a leerte. Un saludo
es el maestro, sin duda...
Vaya qué bonito...
Un petonet
lo único que nos falta en la vida cuando no está el otro, somos nosotros mismos cuando nos perdemos de vista. Somos lo único que tenemos y, sin embargo, cuanto necesitamos a los demás.
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